Alimento diario para los zapatistas. También para alimentar al espíritu, las bases zapatistas cantan y escriben poesía. Tal vez los conocedores del ritmo y la métrica pudieran decir que los escritos de los zapatistas no se ajustan a los cánones.
Los zapatistas escriben letras y las adaptan a las tonadas de las canciones de moda. El propio Himno zapatista “Ya se mira el Horizonte”, de magnífica letra, se canta con la tonada de la vieja canción revolucionaria “Carabina 30 30”:
Ya se mira el horizonte combatiente zapatista el cambio marcarás a los que vienen atrás El Comandante Tacho canta en el Aguascalientes de La Realidad
Coro: Vamos vamos vamos vamos adelante Para que salgamos en la lucha avante Porque Nuestra Patria grita y necesita De todo el esfuerzo de los zapatistas
Ejemplares hay que ser Y seguir nuestras consignas Que vivamos por la patria O morir por la libertad
Hombres, niños y mujeres el esfuerzo siempre haremos campesinos los obreros todos juntos con el pueblo
(Se repite el coro)
Nuestro pueblo exige ya acabar la explotacion nuestra historia dice ya luc
ha de liberación
Otra letra de bastante buena factura y con un profundo contenido político, que en realidad muestra lo que es el programa de lucha del EZLN, enumerado en los once puntos que después se convirtieron en trece y que ahora son dieciséis o más; es la que los zapatistas han titulado “El Insurgente” y que retoma la música de una canción popular titulada “El asesino”, que nada tiene que ver con el nuevo contenido que le proporcionaron los zapatistas. Dice así:
Me dicen el Insurgente por ahí, y dicen me anda buscando la ley, porque con otros yo quiero acabar, con el Estado burgués. Por once puntos vamos a luchar, ahorita se los voy a platicar, cuando termine van a decidir si nos quieren apoyar.
La tierra para poder cultivar, un techo donde poder habitar, educación para todos igual, vamos a solicitar.
Necesitamos de buena salud, para eso necesitamos comer; trabajo para poder producir, también vamos a exigir.
A todo esto le voy a sumar, Independencia total para que, ningún gringuito nos venga a joder y a nuestro pueblo explotar.
Por todo esto juramos vencer, para eso estoy decidido a luchar y en esta forma llegar a ganar la Paz y la Libertad.
Los compositores anónimos zapatistas, hablan de las motivaciones que los alientan a mantenerse en la lucha hasta vencer, como en la letra que acabamos de transcribir. También nos narran los acontecimientos y hazañas realizadas desde el mismo día 1º de enero cuando se levantaron en armas, como en la canción titulada así: 1º de enero de 1994, de la que transcribiremos un fragmento: El día 1º de enero del año 94, bajaron los Insurgentes por distintas direcciones, guiando a los milicianos, dispuestos para pelear.
San Cristobal, Margaritas, Altamirano, Ocosingo. Tomaron cuatro municipios, recuperaron armamento que era de los federalitos y judicial federal.
En otros momentos, retoman letra y música que adaptan a las nuevas circunstancias, para exaltar el valor y la invencibilidad de sus dirigentes, como en la canción titulada: “La llegada de los federales”, en donde se narra la incursión que realizó el ejército federal el día 10 de febrero de 1995 (de la que ya hablamos antes), para detener a Marcos y los principales dirigentes zapatistas. Dice así:
El día 10 de febrero del año 95, vinieron los federales de la Sierra Lacandona, buscando al Subcomandante, queriéndolo secuestrar. El Subcomandante Marcos, el rey de los guerrilleros, es un tigre muy valiente, que no se le arruga el cuero. Se fue tras los traicioneros y no le teme al gobierno.
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La música de los zapatistas se ha difundido a través de la producción de casets, grabados de manera bastante modesta pero cuidando la calidad. Está por ejemplo el material “Corridos a galope”, del Trío Montaña, compuesto por indígenas zapatistas y que contiene algunas de las canciones arriba mencionadas y otras más como: Cumbia de los Insurgentes, Lo sabe toda la gente, Con los primeritos rayos de la Aurora, El pueblo te necesita, etc. No dudamos ni por un momento, de la riqueza y calidad artística de los materiales que los zapatistas podrían producir de contar con la asesoría y los recursos necesarios.
Los y las jóvenes militares, milicianos y bases de apoyo zapatistas se muestran ávidos de los conocimientos y cultura que el Régimen, a lo largo de más de 500 años, sistemáticamente les ha negado. Construyen más bibliotecas y escuelas que trincheras o refugios. Solicitan el apoyo de la sociedad civil no para comprar equipos militares, sino para construir escuelas y llevarles maestros, libros, materiales educativos. Toman los cursos para aprender a leer y escribir, para aprender a costurar, para aprender a dibujar y pintar, para aprender a tocar guitarra y a cantar; para aprender a hacer teatro, a hacer poesía.
¿Qué clase de guerrilla es esta, que en los cinco años que tenemos de conocerla nos ha llenado no de violencia sino de escritos, comunicados, canciones, poemas. Y más escritos y más comunicados y más poemas? ¿Es esta la Revolución Cultural? ¿Es la cultura la que finalmente habrá de liberar al hombre de todas sus miserias? ¿Es la cultura la única Esperanza? “Un pueblo culto es un pueblo libre”, decía Martí. Los zapatistas quieren ser, quieren que seamos un pueblo culto y por tanto libre. Más aún, quieren un mundo culto y por tanto un mundo libre.
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